Trucos de ciclista experto para montar en bici con frío y no morir congelado

1. Ande yo caliente… ¡ríase la gente! Seguro que no te sorprendes si decimos que el primero y más importante de todos los trucos es ir bien abrigado mientras pedaleas. Es fundamental contar con ropa deportiva adecuada, diseñada con materiales técnicos específicos que aíslan de las bajas temperaturas y mantengan tu temperatura corporal estable ¡incluso cuando sudas! En este caso es muy práctico seguir la técnica de la cebolla y usar varias capas. Es fundamental utilizar siempre unacamiseta interior, bien pegada al cuerpo que favorezca la regulación térmica, evitando los contrastes de frío o calor, y muy cómoda. Dale importancia a sus cualidades antibacterianas, que evitan el mal olor, y a su transpirabilidad, que mantendrá tu cuerpo seco en todo momento. Sobre esta primera capa utiliza una chaqueta, ni muy fina ni muy gruesa, pero que te abrigue bien y una última ligera e impermeable. Tampoco salgas sin tus guantes, fundamentales para poder maniobrar correctamente, y tu braga -para el cuello y la cabeza- la zona que más calor corporal desprende. Estos dos complementos te mantendrán caliente durante mucho, mucho tiempo. 

2. Mantén una cadencia constante: Si te quedas frío que no sea por no pedalear. Si tu interés por la bici es simplemente como medio de transporte, es decir, de casa a la oficina y de la oficina al afterwork… te recomendamos no pedalear a un ritmo muy elevado para evitar sudar y quedarte frío. Pero si tu afición por el ciclismo es deportiva, lo más recomendable es mantener una cadencia constante en tus rutas que te permita llegar al objetivo de rendimiento deseado, sin bajar mucho las RPM para evitar que te quedes frío en esas transiciones en las que no pedaleas.

3. Calienta antes de comenzar: Si quieres evitar lesiones ¡mueve tus músculos antes de ponerte en marcha! El calentamiento inicial previo a cualquier práctica deportiva es fundamental, pero con frío mucho más. Las bajas temperaturas son enemigas directas de la musculatura porque agarrota el cuerpo impidiendo la libertad de movimientos. Una buena movilidad antes de pedalear te mantendrá sano, fuerte y sin dolor. 

4. Planea tus rutas: No nos cansaremos de decirlo, pero programar tus salidas te ayudará a saber qué ropa elegir y te evitará contratiempos durante el camino. Salir a las bravas no es buena idea. Imagina que te pones a pedalear y a mitad de camino te sorprende una tormenta… ¡horror! no vas preparado, no cuentas con plan B ¿Qué haces ahora? Si no quieres hacerte esta pregunta, informate del tiempo, el terreno y la distancia que vas a recorrer ¡no te cuesta nada planearlo antes de salir! 

5. Buena alimentación: Es la base de un cuerpo sano. Come saludable y aporta a tu organismo los nutrientes que necesita para afrontar cada ruta. Carbohidratos, proteínas, grasas saludables… ¡todas son igual de importantes! Además, debes tener en cuenta que con las bajas temperaturas el organismo consume muchas más calorías, así que lleva un complemento extra como una barrita o geles energéticos que te ayudarán a reforzar tu sistema inmunológico. También aprovecha para ingerir esos alimentos que mejoran tus defensas como naranjas, zanahorias, legumbres, pescado azul o jengibre, entre otros, y ¡evitarás los indeseados resfriados!

6. Prepara tu bici: Haz una revisión periódica de tu bicicleta. Echa un vistazo regularmente a la presión de los neumáticos, que variarán en función de la temperatura del asfalto, los frenos, la cadena, transmisión y los guardabarros que te ayudarán a rodar mejor y sin sobresaltos. 

7. ¡No te pases de frenada! Con el frío hay que tener cuidado con las placas de hielo. La principal recomendación es pedalear, siempre que se pueda, en las horas centrales del día, cuando el sol está más alto y calienta tu cuerpo. En caso contrario hay que ser precavido y hacer movimientos suaves, sobre todo, si hay probabilidad de formación de hielo en el terreno. 

8. Calienta los pies: ¿Hay alguna sensación más desagradable que sentir los dedos de los pies congelados? Elige los calcetines correctos y cubre tus zapatillas. Si no tienes un cubrebotas a mano puedes poner en práctica cualquiera de estos trucos que te ayudarán a mantener tus pies calentitos en invierno. El primero es dar un par de vueltas a tu zapatilla con film transparente o papel de aluminio para guardar el calor, aunque también puedes optar por el típico cubrezapatos desechable de plástico. Pero sin duda, la mejor opción es que compres un cubrebotas de ciclismo ¡un complemento 100% eficaz contra el frío!